Pudimos visitar el parque montados en la nueva telecabina ....el personal encargado del parque nos trató fenomenal y nos guió en todo momento para que no nos perdiéramos nada:
Los pasiegos y pasiegas nos resultaron gente entrañable, nos acogieron y nos dejaron degustar sus productos típicos.
Un destino que teníamos claro eran las tan afamadas cuevas de Altamira. Habíamos escuchado miles de historias sobre ellas y los prehistóricos que en ellas habitaban....sin duda nos quedamos boquiabiertos:
Salimos de las Cuevas de Altamira y nos adentramos en el bosque hacia tierras de Castilla. Aunque siempre creímos que los seres mitológicos eran una leyenda hay quien afirmó verles, siguiéndonos y observándonos entre los árboles..por la descripción de algunos miembros del grupo podrían ser así:
Llegando a tierras de Castilla....¿adivináis que fue lo primero que vimos?
Si, los molinos de viento , que tan famosos hizo Cervantes en el capítulo octavo del Quijote.
Aunque estábamos un poco lejos en este momento, una charla con un castellano nos animó a peregrinar hacia Santiago,una ruta que recorren caminantes de todo el mundo para llegar a Santiago de Compostela donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor.
Aún teníamos energía para continuar, así que en el camino de vuelta decidimos pasar por Asturias y embarcarnos en una aventura diferente...el descenso del Rio Sella, una actividad muy conocida en la zona que nos permitió descansar las piernas un poco....Salimos de Arriondas y llegamos Ribadesella.
El salto que dimos después fue considerable, porque por primera vez durante el viaje no había acuerdo claro y tuvimos que realizar una votación. El destino ganador fue Andalucía, Sevilla concretamente, Una ciudad que puede presumir de tener mucha historia,monumentos de interés y rincones con encanto.Si a esto le unimos el carácter de su gente, el buen clima que posee y su rica gastronomía dan como resultado una ciudad de obligada visita, donde tuvimos también un ratito de ocio.
No podíamos marcharnos de Segovia sin probar el cochinillo, sin duda cocinado y servido con mucho cariño.
Y al fin llegamos a nuestro cole, con la mochila cargada de experiencias y recuerdos de un viaje que recordaremos siempre.